terça-feira, 14 de fevereiro de 2012

211 - EDUARDO GALEANO - LECTURA


Pensamiento:
"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes, fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire con chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”.


Discurso
Nuestra región es el reino de las paradojas. Brasil, pongamos por caso:paradójicamente, el Aleijadinho, el hombre más feo del Brasil, creó lasmás altas hermosuras del arte de la época colonial; paradójicamente,Garrincha, arruinado desde la infancia por la miseria y lapoliomelitis, nacido para la desdicha, fue el jugador que más alegríaofreció en toda la historia del fútbol; y paradójicamente, ya hacumplido cien años de edad Oscar Niemeyer, que es el más nuevo de losarquitectos y el más joven de los brasileños. ***


O pongamos por caso, Bolivia: en 1978, cinco mujeres voltearon unadictadura militar. Paradójicamente, toda Bolivia se burló de ellascuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Boliviaterminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó.

Yo había conocido a una de esas cinco porfiadas, Domitila Barrios, enel pueblo minero de Llallagua. En una asamblea de obreros de las minas,todos hombres, ella se había alzado y había hecho callar a todos.

-Quiero decirles estito –había dicho-. Nuestro enemigo principal no esel imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigoprincipal es el miedo, y lo llevamos adentro. Y años después,reencontré a Domitila en Estocolmo. La habían echado de Bolivia, y ellahabía marchado al exilio, con sus siete hijos. Domitila estaba muyagradecida de la solidaridad de los suecos, y les admiraba la libertad,pero ellos le daban pena, tan solitos que estaban, bebiendo solos,comiendo solos, hablando solos. Y les daba consejos:

-No sean bobos –les decía-. Júntense. Nosotros, allá en Bolivia, nosjuntamos. Aunque sea para pelearnos, nos juntamos. *** Y cuánta razóntenía.

Porque, digo yo: ¿existen los dientes, si no se juntan en la boca? ¿Existen los dedos, si no se juntan en la mano?

Juntarnos: y no sólo para defender el precio de nuestros productos,sino también, y sobre todo, para defender el valor de nuestrosderechos. Bien juntos están, aunque de vez en cuando simulen riñas ydisputas, los pocos países ricos que ejercen la arrogancia sobre todoslos demás. Su riqueza come pobreza, y su arrogancia come miedo. Hacebien poquito, pongamos por caso, Europa aprobó la ley que convierte alos inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, quedurante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices delos invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se hapromulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable sino estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo.

Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra formaparte de una América Latina organizada para el divorcio de sus partes,para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo siendo juntosseremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradiciónque nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y quecada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar enlugar de crear. ***

Todo a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolanollamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, alomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder:

-Ustedes –clamaba don Simón-, ustedes que tanto imitan a los europeos,¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad?

Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecíaser escuchado. Paradójicamente, lo llamaban loco, porque cometía lacordura de creer que debemos pensar con nuestra propia cabeza, porquecometía la cordura de proponer una educación para todos y una Américade todos, y decía que al que no sabe, cualquiera lo engaña y al que notiene, cualquiera lo compra, y porque cometía la cordura de dudar de laindependencia de nuestros países recién nacidos:

-No somos dueños de nosotros mismos –decía -. Somos independientes, pero no somos libres. ***

Quince años después de la muerte del loco Rodríguez, Paraguay fueexterminado. El único país hispanoamericano de veras libre fueparadójicamente asesinado en nombre de la libertad. Paraguay no estabapreso en la jaula de la deuda externa, porque no debía un centavo anadie, y no practicaba la mentirosa libertad de comercio, que nosimponía y nos impone una economía de importación y una cultura deimpostación.

Paradójicamente, al cabo de cinco años de guerra feroz, entre tantamuerte sobrevivió el origen. Según la más antigua de sus tradiciones,los paraguayos habían nacido de la lengua que los nombró, y entre lasruinas humeantes sobrevivió esa lengua sagrada, la lengua primera, lalengua guaraní. Y en guaraní hablan todavía los paraguayos a la hora dela verdad, que es la hora del amor y del humor.

En guaraní, ñe'é significa palabra y también significa alma. Quien miente la palabra, traiciona el alma.

Si te doy mi palabra, me doy. *** Un siglo después de la guerra del Paraguay, un presidente de Chile dio su palabra, y se dio.

Los aviones escupían bombas sobre el palacio de gobierno, también ametrallado por las tropas de tierra. Él había dicho:

-Yo de aquí no salgo vivo.

En la historia latinoamericana, es una frase frecuente. La hanpronunciado unos cuantos presidentes que después han salido vivos, paraseguir pronunciándola. Pero esa bala no mintió. La bala de SalvadorAllende no mintió.

Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chilese llama, todavía, Once de Setiembre. Y no se llama así por lasvíctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No. Se llama así enhomenaje a los verdugos de la democracia en Chile. Con todo respeto porese país que amo, me atrevo a preguntar, por puro sentido común: ¿Nosería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla AvenidaSalvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a ladignidad de la palabra? ***

Y saltando la cordillera, me pregunto: ¿por qué será que el CheGuevara, el argentino más famoso de todos los tiempos, el más universalde los latinoamericanos, tiene la costumbre de seguir naciendo?Paradójicamente, cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, másnace. Él es el más nacedor de todos.

Y me pregunto: ¿No será porque él decía lo que pensaba, y hacía lo quedecía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en estemundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, ycuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen? ***

Los mapas del alma no tienen fronteras, y yo soy patriota de variaspatrias. Pero quiero culminar este viajecito por las tierras de laregión, evocando a un hombre nacido, como yo, por aquí cerquita.

Paradójicamente, él murió hace un siglo y medio pero sigue siendo micompatriota más peligroso. Tan peligroso es que la dictadura militardel Uruguay no pudo encontrar ni una sola frase suya que no fuerasubversiva, y tuvo que decorar con fechas y nombres de batallas elmausoleo que erigió para ofender su memoria.

A él, que se negó a aceptar que nuestra patria grande se rompiera enpedazos; a él, que se negó a aceptar que la independencia de Américafuera una emboscada contra sus hijos más pobres, a él, que fue elverdadero primer ciudadano ilustre de la región, dedico estadistinción, que recibo en su nombre.

Y termino con palabras que le escribí hace algún tiempo: 1820, Paso delBoquerón. Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, loestoy viendo: se desliza el Paraná con perezas de lagarto y allá sealeja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde enla fronda.

Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.

Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento.

¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes quele lleguen? Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿seharán dignos de tristeza tan honda? Su tierra. Nuestra tierra del sur.Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos lalastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda oestéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, generalde los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.


Discurso de agradecimiento al título de Primer Ciudadano Ilustre del Mercosur.
3 de julio 2008. Montevideo. 

                                                        Eduardo Galeano

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